domingo, 24 de octubre de 2010

El compadre de La Tuta / Raymundo Riva Palacio


Estrictamente Personal: El compadre de La Tuta / Raymundo Riva Palacio
Finalmente aparecieron parte de las grabaciones entre Servando Gómez, “La Tuta”, uno de los fundadores y mandos superiores de La Familia Michoacana, y Julio César Godoy Toscano, diputado federal y medio hermano del gobernador de Michoacán Leonel Godoy, por el cual lo persigue la justicia mexicana. Las grabaciones, difundidas este jueves por Carlos Puig en su noticiero de W Radio, corroboran el vínculo de Godoy con el narcotráfico, pero sobretodo, demuestran que en el gobierno de Felipe Calderón, al más alto nivel, o hay incompetentes o hay cómplices de la delincuencia organizada.


Los fragmentos de esta grabación, lograda el 14 julio de 2009, casi semana y media después de la elección federal, registra a “La Tuta”, a quien Godoy llama “compadre” y este le responde “mijo”, que no debe preocuparse en absoluto por su triunfo en los comicios federales. Una grabación previa integrada en el expediente de la PGR pero aún no pública, donde Godoy se refiere al narcotraficante como “tío”, revela que Gómez le dijo que ya habían hablado con todos sus adversarios en esa elección, para abrirle el camino a la victoria.


Las grabaciones fueron realizadas por la Policía Federal, amparadas por una autorización de un juez, y sirvieron como uno de los elementos centrales para que se autorizada su captura. La Policía Federal lo detuvo el 26 de mayo del año pasado, y el gobernador Godoy, a quien no le anticiparon lo que sucedería con su hermano y una treintena más de sus colaboradores y alcaldes michoacanos, tuvo como primera reacción un deslinde y el aparente temor de que llegaran hasta él.


Pero, la sangre llama, negoció un acuerdo en la Secretaría de Gobernación: que liberaran a su hermano, que enfrentaría fuera de la cárcel el proceso, y que no haría escándalo alguno por la operación contra el resto. La Policía Federal recibió la orden que lo liberaran. Godoy se volvió un prófugo de la justicia y el gobernador convirtió la operación en Michoacán como un activo político, respaldado por el entonces procurador general Eduardo Medina Mora.


Medina Mora salió de la PGR, pero la familia Godoy siguió contando con respaldo poderoso dentro del gobierno de Felipe Calderón. Apenas hace unas semanas, dos dirigentes perredistas, Jesús Zambrano y Guadalupe Acosta Naranjo, negociaron que el diputado electo Godoy pudiera tomar protesta en San Lázaro. El PRD nunca reconoció la investigación que puso a sus militantes en la cárcel durante más de un año ni conocía el sustento sobre el cual se les fincaron responsabilidad. Pero sus interlocutores sí lo sabían. Y esto, es lo más grave de este nuevo episodio del michoacanazo.


La negociación se hizo con el secretario de Gobernación, José Francisco Blake, con el procurador general Arturo Chávez, y con la coordinadora del PAN en la Cámara de Diputados, Josefina Vázquez Mota, muy amiga de Medina Mora. La negociación se hizo con el aval del Presidente –de otra manera la hubiera repudiado y castigado a sus representantes-, por razones absolutamente inexplicables, pues Calderón conocía las grabaciones difundidas por Puig, y otras más del expediente.


Chávez conocía el detalle de la averiguación contra Godoy y todo el sustento que llevó a solicitar la orden de aprehensión, incluidas las grabaciones, que a diferencia del resto de los casos delmichoacanazo, sí estaban incorporadas en el expediente. Blake, como jefe del gabinete de seguridad y responsable de la política interna, también sabía perfectamente que estaba negociando la justicia. Es decir, ambos funcionarios, a sabiendas de la relación de Godoy con “La Tuta”, negociaron políticamente la ley.


En tanto las grabaciones fueran una leyenda de la prensa escrita, Blake, Chávez y la misma Vázquez Mota –que después de esa negociación le escondió la cara al secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna cuando fue a comparecer a la Cámara-, siempre tendrían una puerta de salida. La difusión de los audios, sin embargo, cambia por completo la dinámica no sólo del proceso político en torno a Godoy, el diputado y el gobernador, el PRD y el PT que también lo cobijó, sino de lo que está sucediendo al interior del gabinete calderonista.


Si las razones por las cuales accedió el Presidente a que se apoyara a Godoy a rendir protesta y lograr el fuero –y por tanto no ir a la cárcel- son desconocidas, al tenerse las grabaciones a disposición de la opinión pública, el manejo discrecional de la justicia con fines políticamente utilitarios ha quedado exhibido. Blake y Chávez, puede argumentarse, fueron accesorios de un delito: se prestaron a que un presunto delincuente, Godoy, comprara inmunidad, el fuero constitucional que tienen los diputados. Ellos, a diferencia del PRD y de todos los políticos y las figuras públicas que respaldaron al diputado Godoy, no pueden decirse engañados. Más bien, son ellos quienes han engañado a todos.


El secretario y el procurador no fueron timados. Sabían perfectamente que lo que negociaban era ilegal y lo que estaban permitiendo. Pero el presidente Calderón se encuentra en la misma tesitura. ¿Violó la ley el Presidente? Si esto pudiera demostrarse, no procede contra él un juicio político y una eventual destitución, pero sí puede ser juzgado bajo dos imputaciones: traición a la patria y delitos del fuero común. En este caso, cabría la interpretación de la segunda. Pero en México suceden dos cosas al respecto: una particular, no se aplican las leyes; y otra universal, los presidentes jamás están enterados –la llamada “salida plausible”- de que sus colaboradores violan la ley.


O sea, Calderón no será pasado por un rasero judicial ni enfrentará ningún proceso legal. Pero ¿qué sucederá con Blake y Chávez? Lo más probable es que nada, triste y lamentable. Sin embargo, la impunidad de los funcionarios descalificará por completo la política más consistente del presidente Calderón, la guerra contra las drogas y su búsqueda por la restauración del estado de Derecho, puesto que sus sus colaboradores, que se supone combaten a los delincuentes, son quienes están vulnerando los esfuerzos, precisamente, al encubrirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario